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¿Cómo afecta la posesión de Joe Biden a los mercados latinoamericanos?
- La probabilidad de que las relaciones mejoren con América Latina es muy alta. Múltiples dimensiones, que no solo abordan la economía, podrían verse beneficiadas con las nuevas políticas del presidente Biden.
- La incertidumbre, tanto en la rama política como económica en la escala internacional se ve reducida, abriendo posibilidades a mejores relaciones y al fortalecimiento de las vías multilaterales.
- Los estímulos norteamericanos seguirán teniendo un impacto positivo en el comportamiento de los mercados financieros y en los precios de los commodities.
Luego de seguidas tensiones políticas por parte de la administración Trump con múltiples alegatos por supuesto fraude electoral, el cual nunca fue evidenciado, Biden se posesiona como presidente de Estados Unidos. Este hecho, sumado al denominado blue wave, le da a la agenda presidencial mayor fuerza para aplicarse con menores posibilidades de bloqueos.
Una mayor cercanía con Latinoamérica
En primera instancia, existe una alta probabilidad de que la Casa Blanca tenga mejores relaciones con Latinoamérica, asegurando un acercamiento mayor con políticas focalizadas. Es preciso recordar en este punto que, siendo vicepresidente de Obama, Biden condujo a introducir diferentes estrategias en América Latina para posicionar políticas de inmigración, seguridad, intercambios comerciales y, especialmente, con respecto al cambio climático.
Aspectos que benefician a la región
Es posible que, con una mejora en las relaciones multilaterales, las constantes amenazas a diferentes compañías y sectores económicos cesen. Con esto se podría revitalizar el plan “from Canada to Chile” para crear una red de inversiones respecto a energías renovables y apoyar nuevos emprendimientos y empresas actuales a la hora de encontrar alternativas nuevas de producción, no solo en energía, sino también en otros bienes o servicios que necesiten.
Por otro lado, se ve igual de probable que respecto a la inmigración, Biden sea un poco más laxo e intente buscar formas más diplomáticas para solucionar conflictos en esta materia, especialmente con Centroamérica. Se incentivarían programas como DACA y diferentes estrategias que podrían alcanzar los USD 4 billones de ayudas para estos países. Esto aliviaría en gran parte ciertas presiones fiscales que pueden solventar, poco a poco, los problemas derivados de la pandemia del coronavirus.
Política fiscal que ayuda a la recuperación económica y contagia positivamente a la región latinoamericana
El Partido Demócrata, en cabeza de Biden, ha estado dispuesto a aumentar los paquetes de estímulos para brindarle, tanto a las empresas como a la población, recursos que puedan ayudar a salir de la crisis ocasionada por la pandemia del coronavirus, incentivando al consumo y solventando la fragilidad en los ingresos para evitar un colapso en la Main Street, a su vez, con la demanda internacional que se ve favorecida de igual forma.
Con USD 1.9 billones que pediría Biden al Congreso es posible potenciar el crecimiento en la economía, lo que mantendría el optimismo en el mercado norteamericano y seguiría incrementando el apetito por riesgo que, ayudado por un contexto de tasas bajas, lleve a aumentar las inversiones y los flujos de capital hacia países emergentes, especialmente en América Latina.
En este sentido, pese a que seguimos sobreponderados en la Renta Variable estadounidense, rebajamos un poco la convicción allí desde meses anteriores para financiar nuestra fuerte posición por Latinoamérica. Ante este panorama, muchas de las plazas bursátiles de la región cuentan con un buen espacio de recuperación, en donde vemos oportunidades atractivas.
Con la mayor demanda internacional de bienes y servicios, vemos una perspectiva favorable en commodities que favorece a la región
Con el impacto positivo de las herramientas fiscales y monetarias estadounidenses en el sector externo, se le brinda una tranquilidad mayor a los países latinoamericanos que siguen teniendo una composición de la canasta exportadora en commodities. Además, en materias primas como el petróleo, existe un empuje adicional como consecuencia de un endurecimiento en las políticas de bombeo de petróleo y se podría reducir la oferta norteamericana de crudo en el mercado mundial, lo cual empujaría sus precios.
Un dólar que se deprecia y anima a las monedas latinoamericanas a revalorizarse
Con el incremento en la masa monetaria del dólar para aplicar los diferentes estímulos financieros y económicos, las monedas latinoamericanas ganan valor y tienen posibilidades de revalorizarse. Un dólar barato es favorable para países como China, que seguiría con la demanda de materias primas y en donde América Latina se ve nuevamente beneficiada. Sin embargo, no descartamos que esto pueda traer ciertos inconvenientes en la cantidad de importaciones de Estados Unidos a largo plazo.
Con la mira en este panorama, tomamos estrategias en Renta Fija con especial atención en la pérdida de valor del dólar. De esta manera, sobreponderamos la Deuda Emergente en Moneda Local y financiamos con Moneda Dura y Bonos del Tesoro estadounidense, considerando sus bajas tasas.
Cosas que no cambiarían mucho
No vemos cambios sustanciales en los apoyos hacia países como Colombia, que siempre ha sido un aliado estratégico en la región. Sin embargo, es posible que se reformen estrategias respecto a la guerra contra los cultivos de coca y se le dé mayor relevancia a la protección de los derechos humanos.
No obstante, aunque los lazos con Chile y Perú mejoren y pueda existir una dinámica mucho más diplomática, apoyada en cooperaciones con organismos multilaterales, es posible que ambos países se sitúen en una especie de incertidumbre respecto a la nueva política exterior que Biden tome no solo con China, sino también con los tratados de liberalización como el TPP (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica).