¿Fin de la preferencia por renta fija?
Este 2023 sin duda ha generado sorpresas, evidenciando cómo los países se han empezado a recuperar rápidamente, a diferencia de lo que pensábamos al inicio del año, en donde la posibilidad de una recesión global o en EE. UU. tenía una mayor ponderación en los escenarios que preveía el mercado.
Es así cómo hemos visto unas revisiones al alza en las expectativas de crecimiento de las diferentes regiones, a excepción de China, que ha decepcionado por el ritmo de su recuperación y la situación puntual de algunos sectores como el mercado inmobiliario.
¿Presiones inflacionarias reviven temores?
Pese a que el mercado descontaba recortes en las tasas para el tercer trimestre de este año, luego de la crisis bancaria, hemos visto cómo el discurso se ha endurecido a medida que los datos macroeconómicos siguen demostrando una mercado laboral resiliente y una inflación que aunque viene cediendo, permanece elevada respecto al rango objetivo.
Sin embargo, en agosto hubo un aumento inesperado de tres décimas en la tasa de desempleo (3.5% en julio a 3.8% en agosto), comenzando a señalar una mayor debilidad en el mercado laboral y un crecimiento anual nominal de los salarios con una leve moderación, pasando del 4.3% al 4.2%.
Esto contrasta con el Reporte de Mercado Laboral de Estados Unidos para el mes de septiembre, en cuanto al nivel de generación de empleo, el cual presentó 336.000 nuevos empleos vs. 170.000 que estaba proyectando el mercado. Este dato representó una sorpresa para el mercado, teniendo en cuenta que las nóminas privadas mostraron una tendencia bajista.
Estas lecturas demuestran que la política monetaria, aunque si viene enfriando la generación de empleo, no lo está destruyendo y que aún el mercado laboral sigue mostrando robustez. A este contexto se suman las presiones de oferta provenientes de la OPEP, luego de los recortes de oferta generados por Arabia Saudita y recientemente en octubre por el lado de Rusia, con el fin de mantener los precios elevados, lo cual ha generado mayores dudas sobre un incremento de tasas en noviembre y una política monetaria aún más agresiva de lo que descontaba el mercado.
¿Qué esperamos de la FED?
Aunque un aumento en las presiones en la energía, podría generar presiones inflacionarias que implicaría una postura de la FED agresiva por un tiempo más prolongado,creemos que al mismo tiempo, los altos precios de la energía deterioran la confianza del consumidor y el apetito por los bienes de consumo discrecional, tal como podemos observar en la siguiente gráfica:
Bajo este contexto, en el frente global creemos que vamos a ver una corrección económica en el mediano plazo, no en el 2023, pero sí hacia el segundo o tercer trimestre del 2024.
Esto implica que aunque tácticamente favorecemos la renta variable a nivel global en este momento, creemos que a mediano plazo, el posicionamiento estructural debe estar orientado más en renta fija, con una postura más constructiva en duración, anticipándonos a futuros recortes que favorecen sus valorizaciones en un contexto futuro de desaceleración más pronunciada.